26 de febrero de 2009

Mi Vida Después de su Muerte


Según la ley de los seres vivos, nacemos, crecemos, nos reproducimos y luego nos morimos. Yo he nacido, crecido, me reproduje y he muerto unas tantas veces a lo largo de mi existencia, pero sigo viva, cada vez con menos fe en la humanidad, medio zombie ante los crueles artilugios con que el destino a veces nos enfrenta, pero igual, sigo viva, aunque mi diablo personal haya encontrado primero el camino. Vale la pena mencionar que no ha sido fácil, cada prueba o entrega especial del destino se hace más cruel e hipócrita, no logro captar aún el dulzor que dícese tiene la existencia al inicio de los 30's. Voy por el 32 y cada vez se me complica más, el alma me pesa, a veces siento que he perdido el toque, ese gránulo de magia que me rodeaba el aura... mi hermoso diablo cooperó con hacerme creer nuevamente en el romanticismo cursilesco en el que creía de niña, pero ahora que no está se me hace tan inverosímil.

Hace un rato salí al jardín y me di a la tarea de contar los botones de los 13 rosales que lo encuadran... 38 en total y 4 flores a full color. Él en algún momento al inicio de nuestra vida me dijo: "rosales para mi niña hermosa, para que siempre tenga flores"... no pude evitar melancolizar mi mañana y de paso pasármela azul-gris todo el día, porque egoístamente me parece poco tener un jardín a tope de flores, colores y pensamientos y el corazón increíblemente vacío debido a su inminente ausencia. Yo sé que desde el cielo (o donde quiera que haya estacionado su luz) se ocupa de pintarme el mundo de colores como lo hizo en vida... pero igual no me acostumbro a no tenerlo bellamente desnudo en nuestra cama siempre dispuesto a mis locuras y trances depravados. El vacío es enorme, demasiado grande para lograrlo encerrar en una bolsa plástica y tirarlo a la basura, extremadamente complicado enfrascar mis recuerdos y guardarlos para después.

Héme aquí ahora, viuda, joven, triste, al borde del abismo y con las manos llenas de frases sin contexto, sin ton ni son, con sueños a medio morir y más razones para odiar al planeta que de costumbre... pero viva y con muy pocos motivos para mantener firmes los pilares de mi existencia. The show must go on, pero ¿qué pasa cuando la historia no cuadra con los personajes? ¿qué pasa si el escenario deja de serlo al encender la primera luz? ¿qué pasa si los boletos se agotan sin una audiencia propia del show?

Hoy por hoy, el Santuario está de luto, la luna permanecerá vacía hasta la próxima luna azul en donde quizá haya algún contacto terrenal con el más allá, pero con una ironía tan causal, que ahora que guardo la cordura para después, la locura de mis escritos fluyen como caudal sin fin. Definitivamente sólo logro escribir cuando mis emociones se encuentran en un total chop suy sin sal. Reanudemos pues este jolgorio de grafías, ahora que mi espacio necesita ocio y quizá así lograré que mis instintos se apaciguen con la ducha fría de mis carreras lingüísticas.

De momento estará algo lúgubre, en honor al luto emocional que embarga al Santuario, de momento será azul-gris mientras conjuro el nacimiento del último Unicornio que quizá sea el salvador de este andar de procesión. ¡Qué entre el verano pues! Con sus calores de infierno, el olor a corozo y aserrín, las visiones coloridas de los mangos, las ciruelas y las torrejas, las sandalias destapadas y los shorts que no me atrevo a usar en público. Que comience el modelaje de ofertas cerveceras, el olor a coco y mar en ceviche, los rezos y las novenas, los caminantes purpúreos llenando las avenidas con su caminar arrastrado y murmuros penitentes. ¡Qué entre el verano pues atormentando mi invierno!

Mi alma viaja en el tiempo constantemente
buscando respuestas a mis porques
y lo único que he conseguido hasta hoy
han sido más interrogantes que aclarar.

Me falta tu calor, tu vida,
tu respiración en mi cuello
llenándome de aire fresco el corazón
estremeciéndome la piel hasta perder la razón.

Me quedé en este limbo terrenal
con mis treinta minutos de más
robados al martes en el poema aquel.

Se me acabó la cordura,
el sentido y la dirección,
y me quedó este fuego azul
esta ansiedad sin color.

El frío del pasto me recuerda constantemente
mi último adiós a tu cuerpo apagado;
porque sin tu calor, sin el timbre de tu voz
hasta el sol se me congela entre los dedos.

Treinta Minutos


Estaba ahí,
Al pie de la columna que sostiene el techo
Esperando por ti.

Estaba ahí,
Con mis sueños envueltos en papeles de colores
Llenos de versos sin rimar.

Estaba ahí,
Buscándole excusas al tiempo
Porque no se detuvo a pensar por mí.

Estaba ahí, de pie, sola, esperando por ti
Después de tantas lunas soñando tu ausencia.

Estaba ahí,
Prendida de mis recuerdos y te vi.
Te vi llegar,
Con tu andar en las nubes,
Con tu voz de primavera y tu mirada clara.
Y me quedé entre tus labios,
Bailando mis amores,
Suplicándole al tiempo dejara de correr
Y se detuviera a tomarse un café,
Para poderte tener media hora más.

Treinta minutos de besos
Con sesenta segundos de abrazos cada uno.
Treinta minutos más
Que no contarían en las pocas horas que tenemos para darnos luz.
Treinta minutos de más que voy a robarle al martes entrante.

Después cada quien regresará a su mundo,
A los papeles, las llamadas y las prisas.
A tus apuntes y notas,
A mis redacciones y cuentos.
A esas noches en las sombras,
Dando vueltas en la cama sin suspiros
Recordando tus besos, tu voz, tu cielo.

Estaba ahí
Al pie de la columna que sostiene el techo,
Esperando por ti.
Negociándole al sol los treinta minutos del martes
Y te vi…. Y apagué el reloj.

Ahora estoy aquí, junto a ti,
con mis treinta minutos de besos de más.

A Minute with an Angel


Shut the door behind you,
I don't want the sky to see us both.
Come close, sit right here beside me
so I can taste the sweetness of your eyes.

Tell me, try to explain to me,
how does it feel when we die?
Did you saw a light? Did you talked to God?
Did you walked among those who parted before?

My earthly world is breaking apart,
day by day my heat is twisting my mind.
I keep looking for a way out of this mess
but then I realized that you left with my keys.

Please, my love, help me understand,
help me put this freaking soul of mine at ease,
take my hand and lead me to the end of the road
so I can make love to you once more.

Did you hear my voice calling?
Did you felt my presence from above?
I've been so lonely and lost without your touch
so empty, so dry, so numb.

Leave the window open as you go
feel free to come around any night;
I'll be here with my eyes closed tight
so with every dream you'll stay
and maybe, just maybe won't fade away.

Until the morning calls you back to heaven,
back to heaven, so far away from here
.