23 de noviembre de 2009

396 Lunas Llenas


¡Gloria al tiempo, las circunstancias y los momentos! Admirable la oscuridad de la noche que ha albergado las 396 lunas llenas que estos ojos han visto pasar, mes a mes, 12 por año, 33 años al final.

Lunas quiméricas que han establecido sus pilares en mis andares de paso taciturno glorificando cada inhalación de oxígeno secular. Que caminando por las veredas ensombrecidas de mi vida alterna me topé con su diabólica eternidad y desahogando mi mare magnum de tribulaciones, con su voz enérgica y varonil me estremeció: "Viva, sea feliz", me resopló en el cielo y que sea lo que en esa nube fue, seré feliz, guiando esta humanidad a través del destino, en el que, por alguna extraña razón, sigo creyendo.

Ha pasado tanto tiempo desde que el pasado dejó de serlo, en el que el presente se marginó a un montón de recuerdos y el futuro parece dislumbrarse abiertamente en mi mirar... "Viva, sea feliz" me susurró su voz al oído, aquella voz etérea que desde el otro lado guía mi camino. Esa voz que el algún momento tendré que dejar ir para pensar con mi propia voz, dejarla ir para que siga su camino a la perfección. Con esa frase que aún me retumba en las meninges me levanto cada día para amanecer entera nuevamente, viviré y seré feliz, todo por amor.

Me autorizaron del más allá a dar el siguiente paso, porque el corazón y el alma me pidieron sereno de madrugada a gritos y como buena romántica de esas medievales, heme aquí, llenándome la cabezota nuevamente de dibujitos a color, canciones de media luz y amaneceres en el jardín. Luego de casi un año vuelven a llenarse las paredes del Santuario con un "Te amo" que ya no había vuelto a escuchar o sentir en esta terrenal vida sin sentido. "Viva, sea feliz". Hoy ando buscando lunas llenas de colores para cambiarle el sonsonete al crujir de mis cadenas, volví a caer rendida y dormir sin soñar después de una noche de baile, tuve que despertar de su letargo a mi oxidada memoria porque hay nuevos temas que grabar en piedra (atención, mucha atención, que son cosas que se dicen una vez, quizá dos, no están en libros o fotocopias... atención, atención). Desempolvé mi risa amarradas a esas temibles cosquillas que tanto le gusta buscar, me he perdido nuevamente en una mirada de tiernas pestañas... válgame Virgen santa, me he vuelto a enamorar.

Se fue mi adorado Halloween, y este año me trepané de alcohol las venas para no llorar, para no sentir que no sonaría el malgriejo aparatejo el 31 a las 7 como en los últimos 10 años. Así que cambié al malgriejo por el amanecer, por compartir el año nuevo con un nuevo querer, me apreté a su pecho y me encerré en sus brazos observando el cambio de cielo, de penumbra a rojo fuego. Y el corazón se me apaciguó y latió al ritmo de su respiración en mi cuello. No lo niego, recordé mil cosas, pero ya no lloré, cerré los ojos y me olvidé a mis sentidos... Al romper el alba le di las gracias a mi amado Diablo por no haberme dejado tan infinitamente sola, por haber pensado libremente en mis debilidades mundanas y humanas, porque su condición de Ángel no le impidió seguir haciendo diabluras a costillas de su bruja favorita, porque vía nube-azul (supongo que así será en vez del mentado bluetooth) le ha enviado el manual de instrucciones para que no le cueste tanto al niño descifrarme. Menos mal que esta criatura es de las que lee los manuales antes, menos mal.

Viene la época de nieve artificial en arbolitos de luces de colores y me he pasado la última hora buscando la versión perfecta de la canción fantasmagórica navideña que tanto me gusta (Carol of the Bells, por cierto, gracias por el dato Rey) y no pude dejar de escuchar su voz cantándola como aquel día en el carro (él sí sabía como se llamaba la cancioncita), una voz hermosa he de decir. Como he recuperado mi locura en vista de las nuevas esencias, es necesario ponerme a tono con el sentir comunal, pero el malgriejo aparatejo no me dará serenata de blancas navidades o renos de narices rojas, habrá que seguir con la tradicional originalidad y pintar con mis fantasmas los estandartes verdirojos propios de la estación.

Me siguen aterrando mil cosas y una más, la responsabilidad, las clases, el tiempo y el espacio, pero compartir este mundo austero y somatado con alguien que no lo ve tan desgraciado pues ha sido bueno para cambiar mi punto focal y de visión. Tantos kilómetros caminados van dando fruto aunque sea de a pocos, y sin darme cuenta me doy cuenta que no estoy tan mal. Sus besos saben a serenidad, su mirada huele a fervor, su piel canta una canción... mi canción.

¡Ah banalidad! ¡Qué es el primer hombre en mi vida sentimental cuya cabeza rebasa la mía, que puedo recostarme en su hombro sin doblar la espina dorsal! El primero que me dice "chiquitía" sin peyoraciones o mofas escondidas tras mi metro setenta y cinco, el primero que puede verme a los ojos sin tener que subir la mirada o esperar a que baje yo el nivel de las gradas. Dulce despertar y dulce acongojarme diría el poeta, que suena interesante el cambio de rutina; que se siente, más que aceptable, adorable, el sentirme quinceañera por segunda vez y a mediados de mi adultez.

Me pregunto hoy al igual que ayer, ¿mañana que me voy a poner? Después del cursillo de latín en la U, viajaré a su mundo para enredarme en sus pestañas, para sentir su risa en mi piel, para encender la luz de mi atardecer con su fresca juventud, porque sus veintes y mis treintas se funden en un percentil que nadie busca interpretación, ni siquiera nuestras mercedes.

Es oficial y con las aprobaciones de rigor (obligadas por los derechos morales y amores eternos): el Santuario levanta su luto, corre las cortinas y deja entrar el sol. "Vayombre, hasta que al fin entendió..." se me asomó la frase en la azotea en este preciso y justo momento, yo sé quien se estará atorando de la risa. Es que ya lo veo, si no lo conociera, sentado en una nube de esas de lluvia, más bien, de las que anuncian tormenta, está bien... está bien, sin arpa, túnica blanca, ni alitas doradas, digamos que con su chumpa de cuero y una camisa bien ajustada (perdón pero hay ciertos hábitos que he decidido no cambiar) moviendo la cabeza de lado a lado, tomándome el rostro entre sus manos y clavándome su mirada dorada y su sonrisa de ensueño "Ya vio, yo se lo dije, y usted que no me quería hacer caso". Como lo extraño, es increíble como un ser humano puede dejar un vacío tan grande con su partida... y lo difícil que es vivir sin su presencia física... porque de que sigue ahí, sigue ahí, perfeccionando sus diabluras a mis costillas. Bendito sea sigue ahí.

¡Salú por las lunas llenas, los calendarios, las verbenas y las pascuas en flor! ¡Salú por los que llegaron al final del arcoiris, los que ya no encontraron, los que van, los que vendrán y los que llegarán! Bienvenidas las sobrinas cuaches del Tío Cuache, la sobrina-nieta de la Tía Bruja (lo de abuelita dejémoselo a la Gildita, que igual lo disfruta), congratulaciones al casi año de la Chunche y veladoras a todos los santos habidos y por haber y de cuanta religión se ha de saber, para que la situación del Clan se mejore, que la mara deje de estar jorobando con sus güiradas y se pongan a pensar, que la vida es Una y no es eterna en este mundanal mundo, que los pucheros están bien para los niños a quienes no les dan el juguete de moda o para las fotos tipo facebook de trompita parada y miradita para arriba.

¡Salú para el Chapín que se fue en seco y no mojado para la Canadia, con sus cachivaches, sus güiros y la güisa! Porque no se le olviden los tortrix, el bocado de la reina y la chapurrada partida en tres, que su sabiduría de Comunicador del Clan sea transmitida de generación en generación y que llene las altas y congeladas tierras del norte con la revolución: este año para el día de gracias ¡A comer fiambre y a beber horchata!

¡Salú al cielo proveedor de lluvias milagrosas que lavan y lavarán las penas de esta alma quejumbrosa! ¡Salú a mi Ángel endiablado que de seguro ya anda organizando su siguiente travesura! ¡Ja! Si no lo conociera yo... ¡Salú al horizonte encendido en fuego que de soslayo amainó la tormenta que se batía en mi corazón el 31!

Porque esta historia que comienza, evolucione, eclosione y permanezca.